No hay diferentes tipos de Pilates, ni de clases de Pilates. Pilates es un único método que se adapta a las necesidades de cada persona, por eso, todos pueden practicarlo.

Idealmente, el método debe ser practicado de manera individual: un profesor para un alumno, ya que cada persona es totalmente diferente a otra. Durante la clase, el profesor debe fijarse en la alineación de las caderas, rodillas, pies… las asimetrías, compensaciones, curvaturas de la columna…de cada persona y desde la alineación, se estabilizan las articulaciones y se fortalece desde eses punto. Eso no es del todo posible si hay más personas. Cuantas más personas, menos posible es. Ahí entra en juego la experiencia del profesor y sus habilidades.

Durante la clase, el alumno pasará por todos los aparatos: se empieza siempre en el reformer (excepto en casos muy concretos, como por ejemplo, que sea la primera vez que un profesor atiende a un alumno con un dolor en algún sitio determinado). El reformer se llama Reformer Universal porque es para todo el mundo. Con sus muelles y su diseño podemos alinear todo el cuerpo y estirar y trabajar de manera global toda la musculatura.  El repertorio de ejercicios del Reformer nunca se enseña como una coreografía, sino como un entendimiento profundo del cuerpo humano, aunque desde la repetición de un mismo protocolo para poder mejorar desde la repetición (como un jugador de fútbol que se pasa la vida chutando y repitiendo ese gesto técnico para poder mejorarlo). Esa es la parte del método que trabaja la mente.

Después del Reformer, el alumno debe realizar los ejercicios de colchoneta, que no deja de ser un aparato más. En la actualidad, y desde los años 80 aproximadamente, la industria del fitness empezó a comercializar las clases de Pilates en colchoneta, pero en general se desconoce que la colchoneta representa sólo un 10% del repertorio aproximadamente. Si se hace sólo Pilates colchoneta, se está perdiendo la totalidad del método y la comprensión profunda del cuerpo. ¿Por qué se inventaron las clases colectivas de colchoneta? Por dinero. Es cierto que de esta manera, entre un grupo de personas se pueden asumir los costes que de otra manera no sería posible. Al no haber aparatos en estas clases, el coste es menor. Obviamente, no se obtienen todos los beneficios que el método Pilates ofrece.

Durante la clase ideal de Pilates, se escogen unos pocos ejercicios de colchoneta específicos para esa persona, ejercicios que le sean necesarios para mejorar. No todos los ejercicios son convenientes para todo el mundo. Por ejemplo, una persona con una lumbar con molestias no podrá realizar muchos ejercicios que otra persona necesitaría. Por otra parte, en las clases colectivas de colchoneta o suelo, se generaliza la clase para todo el mundo ya que van dirigidas a un público sin patologías o dolores. También es cierto que la pericia del profesor es clave en este punto para adaptar la clase a diferentes personas, por eso, cuanto más reducido sea el grupo, mejor. En este punto, si la persona no puede costearse las clases de Pilates ideales, le digo que es mejor hacer este tipo de clases que no hacerlas, aunque no sean del todo lo más justas para cada cuerpo.

Una vez se terminan los 2-5 ejercicios de colchoneta, el alumno pasa al resto de aparatos a hacer aquellos ejercicios que necesita. El profesor no escoge los ejercicios al azar, sino que tras observar su movimiento y alineación durante la clase, selecciona aquellos aparatos y ejercicios específicos y no otros (silla wunda, silla eléctrica, barril, cadillac…). Es sólo con una comprensión profunda de todo el sistema, que el profesor es capaz de elegir bien el repertorio.

El método enseña a moverse de manera eficaz en la vida cotidiana, a sentarse, a caminar, a coger peso….La contrología es un aprendizaje con el que el alumno debe comprometerse con paciencia, constancia y humildad. Un aprendizaje con el que el profesor debe comprometerse con humildad, respeto y trabajo, como decía Romana Kryzanowska.

Artículo publicado en el Diario de Ibiza