Cuidado con la vuelta al cole: es un fenómeno social mundial. En septiembre todos volvemos al “cole” respecto a lo que actividades físicas y deportivas se refiere. Los niños vuelven a las actividades deportivas extra escolares: las clases de ballet, los entrenamientos de vóley… los adultos regresan de vuelta al gimnasio, a retomar las clases de Pilates, las de danza, las clases de gimnasia…o se proponen “definitivamente” y “de este año no pasa” iniciarse en el ejercicio físico.

Se vuelve con propósitos renovados: “este año tengo que hacer algo”,  “voy a entrenar un poco más esta temporada”… y todo ello desde una mente con ilusión que proyecta en el futuro. Un consejo: “Aquí y Ahora”. Que no quede en un propósito futuro, cumple en el día a día lo que te has propuesto, sin expectativas a largo plazo, más bien, expectativas diarias o semanales. Sobre todo al principio, sea cual sea tu nivel. Es cierto que la motivación es la que nos lleva de vuelta al cuidado físico y es esa misma motivación la que rápidamente desaparece, dejando paso a las excusas: “no tengo tiempo”, “tengo que organizarme mejor”…  dejando paso a la mente que te seduce al lado oscuro: la pereza, la comodidad, la no-realización personal…todo ello disfrazado de esas viles excusas! por lo tanto, en momento de flaqueza, piensa en la satisfacción que sientes al terminar tu sesión. Entrena también esa sensación día a día. Esa es la parte mental del entrenamiento. La persistencia es la clave, y debe trabajarse diariamente. Llevo entrenando 34 años de mi vida y aunque forme parte de mí, claro que hay muchos días que la mente me la juega….muuuchos días: “por un día no pasa nada” (pero es que muchos días aparece ese pensamiento traidor), “no te exijas tanto” (yo cambiaría la palabra “exigir” por “cuidar”), “estás muy cansada de trabajar, no vayas al entrenamiento” (precisamente porque estoy cansada debo ir a segregar todas esas hormonas y puedo enfocar la sesión de muchas formas diferentes) y trabajar esa parte es un “must” que debo hacer.

Una de las causas por las que uno desiste de continuar con la práctica es la “frustración”… el “no verse capaz” porque las expectativas han sido demasiado altas. Lo primero, hagas la disciplina que hagas, elige bien el sitio y el profesional que sepa hacerte una buena programación. Una buena programación comienza por establecer objetivos reales y seguros: no comiences tus clases de baile flamenco por un nivel que no es el tuyo, sólo porque el horario de principiante no te vaya bien. De entrada, el profesor no debería dejarte comenzar por seguridad de tus articulaciones, musculatura, resistencia… No consiste en “haz menos si no puedes seguir la clase”, se trata de que las cargas sean las adecuadas. Si no eres principiante pero te reincorporas tras un periodo de descanso empieza de manera gradual, ya que las estructuras óseas y musculares necesitan su periodo de adaptación, independientemente de que quieras reventar el saco de boxeo tras las vacaciones.

Como en toda ciencia, en la actividad física y el deporte existen unos principios sobre los que deben regirse. Estos principios se basan en aspectos biológicos, psicológicos y pedagógicos. Estos principios garantizan la seguridad del deportista, evitando el sobreentrenamiento o simplemente permitiendo que se alcancen los objetivos. Uno de los principios es el de “carga eficaz”: que ésta no esté por encima ni por debajo del nuestro nivel (que es individual y diferente entre cada persona, por ello existen los “entrenadores personales”, para estimar estos niveles entre personas diferentes). Otro principio es el de “progresión de la carga” y ojo! Carga no significa kilos en las mancuernas, como muchos falsos entrenadores creen (normalmente se aumenta primero la frecuencia de entrenamiento y luego el volumen y por último la intensidad). Veo como muchos falsos entrenadores en la sala de pesas lo único que hacen para progresas a sus alumnos es enchufarles más kilos. Más no significa mejor. Otro principio a destacar para “la vuelta al cole” sería el de “Relación entre carga y recuperación”: no petemos la máquina: no podemos poner un coche que ha estado parado un largo tiempo a 200 km/h de golpe. Saber cuánto descansar tanto el cuerpo físico como la mente (si realizas actividades como el Pilates donde la carga mental es muy elevada, es decir, que se acude a clase para “Aprender” y no sólo ejecutar) es clave para no saturarlos y para fijar lo aprendido. Tras un descanso adecuado tu cuerpo responde mejor.

Te recomiendo una buena planificación, no intentar darlo todo el primer mes y sobretodo trabajar la motivación día a día!

Artículo publicado en el Diario de Ibiza