Si Pilates es más practicado por mujeres que hombres, claramente por una cuestión de prejuicios e ignorancia.
Pilates es un método de entrenamiento duro e exigente, creado por un hombre y para los hombres. Con esto creo que ya resuelvo bastantes dudas.
Joseph era Alemán, boxeador, tuvo una escuela de boxeo amateur y fue uno de los organizadores, en 1920, de la WABV (West German Federation of Amateur Boxing) y además coordinaba veladas de boxeo. A su vez, practicaba varias disciplinas deportivas como la gimnasia deportiva y levantaba pesos. No sería congruente que otras cosas como gimnasias suaves o estiramientos fuesen la base sobre la que crear el método, más bien lo contrario: el método gira en torno a la resistencia de los muelles de los diferentes aparatos, en su mayoría.
En la época que Joseph Pilates estaba vivo y tenía sus estudiantes, el método se practicaba a partes iguales por hombres que por mujeres. No existía esa cosa de que el Pilates era para las mujeres, como hoy en día. Tras la muerte del creador (recordemos que Joseph Pilates fallece en 1967), sobretodo en la década de los 90 y más aún en el 2000, y por toda la historia mediática de convertir al método en un producto más de fitness con el que ganar dinero, interesó mucho que la versión distorsionada del método llegase a las “celebrities” norteamericanas y se le diese ese tinte de clase de “estiramientos suaves y trabajo para fortalecer las nalgas”, que tanto daño ha hecho al método original. Si el método llegaba a todas esas famosas en la versión original, no habría tenido el mismo efecto. Es más “cool” vender que practicar Pilates te deja un cuerpo esbelto y que en pocas sesiones se te pone el culo de Charlize Theron (a mí que me lo expliquen porque el mío se aleja mucho de esa esbeltez…más bien a un cuerpo entrenado y fuerte….ah! ¿Será porque practico Pilates?). Ese aspecto descafeinado fue alejando a la población masculina de su práctica.
Afortunadamente, tras el boom, durante los últimos 10-15 años, y si hablamos en España diríamos que en los últimos 10 años, la práctica masculina ha ido en aumento, ya que los beneficios han superado con creces su desmerecida fama “girlie”. Aunque nuevamente ha sido en consecuencia de ver a Lebron James u Orlando Bloom practicando Pilates cuando la población masculina ha dado un paso hacia delante. Otra vez el gigante americano marcando las normas que el resto sigue sin juicio propio. No sé si será por vergüenza o prejuicios, pero lo que sí que se es que durante los dos últimos años mi estudio de Pilates se ha llenado de hombres, que vienen con total naturalidad y sabiendo de antemano que es un entrenamiento duro y eso, en cierta manera, me alivia. Me alivia porque no podría entender que un entrenamiento tan completo y con tantos beneficios para todos quedase sólo para una parte de la población por no vencer esa tontería social de “mujer” y “hombre”, esas odiosas etiquetas que tantas barreras nos ponen. Pilates es universal, y así se llama su aparato principal: “Reformer Universal”. No distingue entre hombres o mujeres, altos o bajos, rubios o morenos, con lesiones o sin ellas, cuerpos duros o blandos… cada cuerpo (y no cada “género”) es diferente y se le da lo justo en cada entrenamiento. Un entrenamiento de un hombre y una mujer no es diferente en Pilates, es diferente entre personas. En cada sesión se le da lo “justo” a esa persona, lo necesario en ese momento y para ese individuo. Cada día estamos diferentes y nuestra alineación varía. Esa es la maestría del profesor, adecuar el entrenamiento en cada momento y para cada persona, con sus características individuales, más allá del género. Todavía no he visto a ningún estudiante masculino, salir de mi estudio con menos testosterona por poner un pie en “punta” o hacer una rotación externa de cadera.
Os recomiendo la lectura de la primera biografía de Joseph Pilates, traducida en varios idiomas y que ya es un referente de estudio mundial ya que se trata de una investigación basada en documentos oficiales: “Hubertus Joseph Pilates. La biografía” de Javier Pérez Pont y Esperanza Aparicio Romero. En esta biografía uno se hace a la idea de la vida y el entorno del creador del método y cómo éste es en realidad.
No hace falta ser mujer para acudir a Pilates, sólo basta con querer mejorar el estado físico y mental y adquirir un compromiso con tu cuerpo y con el profesor de Pilates. Y, tranquilo, no saldrás con la voz afeminada ni con una mama de más, pero sí más fuerte, alargado y alineado!
Pilates es para todo el mundo, pero no todo el mundo es para Pilates!